Probablemente Los pollitos dicen sea la canción popular más emblemática de la infancia de cualquier persona. Sin duda, es parte de la banda sonora de nuestras vidas mientras crecemos y, posteriormente, vuelve a sonar casi en automático con la aparición en casa de esos pequeñitos que comienzan a llenar nuestros días. Aunque en América Latina hay varias versiones de esta canción, las variaciones son leves y siempre coinciden en la simplicidad con la que cuentan a los niños sobre el día a día de una mamá, sus preocupaciones y todos los cuidados y atenciones que les da a sus hijos para preparalos para dormir.
Gerald Espinoza de una manera muy acertada, imprime color y diversión a esta historia traduciendo en imágenes la alegría que traen consigo los niños –en este caso, pollitos- a la vida de quien los rodea. El ruido, las travesuras, el desorden, la picardía, los miles de quehaceres y atenciones que hay que dedicar a los hijos, quedan impecablemente expuestos en este bellísimo libro que resguarda en 14 páginas los recuerdos más bellos de la infancia.
La Mamá Gallina prepara a sus cinco pollitos para acostarse a dormir: les da la comida, los baña, los viste y, acurrucaditos, dormirán hasta el otro día. Una clásica canción infantil acompañada de juguetonas ilustraciones de Gerald Espinoza en un formato para contar y cantar a través de la música: “Los pollitos dicen, pío, pío, pío…”.
Los Mejores del Banco del Libro, 2008