Esta es una historia que ilustra de una manera hermosa la importancia de ser constante y perseverante. Habla sobre las bondades de los libros, desde la perspectiva de un niño; del amor por la lectura y del valor que tiene para ellos que sus padres les lean. Habla sobre la necesidad de crecer y la emoción de los logros; sobre afrontar los miedos y la importancia de simplemente intentar. En fin… leerlo no tiene desperdicio.
Para Oscar leer es algo complejo. Para él, que hayan mayúsculas y minúsculas es una manera de complicar las cosas sin necesidad. ¿Cómo diferenciar la letra “o” del número 0? ¿Por qué los adultos no pueden ponerse de acuerdo en el estilo de la escritura y cada uno lo hace a su manera? Todo es muy complicado.
El mismo rechazo generaba en él, nadar. Aunque sus padres siempre lo acompañaban dentro del agua y llevaba flotadores, cuando lo soltaban terminaba asustándose.
Una tarde Óscar descubre en casa (en donde había muchos libros para mayores) un libro que llama su atención pero con muchas palabras que aún no entendía. Intentó leerlo pero se aburrió. Sin embargo, un día que estaba enfermo pidió a su mamá que se lo leyera. En ese momento olvidó su dolor de garganta y la fiebre, y comenzó a escuchar con tanta atención, que su habitación se convirtió en el escenario de maravillosas aventuras. A lo largo del Amazonas se llamaba el libro y cómo disfrutaba pensar que estaba en el río Amazonas viajando en Canoa.
Ese verano intentó nadar nuevamente y, para su sorpresa, descubrió que podía hacerlo descansando en el bordillo de vez en cuando. “¡Ya eres mayor!”, le decían todos cuando salió del agua.
De esta manera, Oscar descubrió que nadar y leer eran actividades parecidas; para aprender sólo necesitas empezar a soltarte. Ese mismo día, con su libro favorito en mano, se dio cuenta que las frases tenían más sentido y podía leerlas de principio a fin.
Pero, ¿saben qué? Oscar decidió guardar el secreto por dos razones. La primera, para que no dejaran de leerle cuando estaba enfermo. Y la segunda, por si le olvidara leer.
Nadar y leer son dos cosas muy difíciles de aprender. Da mucho miedo meterse en la piscina cuando no se hace pie o abrir un libro lleno de palabras incomprensibles. Óscar necesita ayuda para divertirse en el agua y para leer un libro de mayores, pero llegará un día en el que los brazos y las piernas se moverán al ritmo adecuado y las frases, por fin, tendrán sentido.
Vicente Muñoz Puelles: Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, 2004 y 2014. Premio Libreros de Asturias, 2005. Premio Nacional de España, 1999.
Noemí Villamuza: Premio Nacional de Ilustración, 2002