La hermana de Lobo Feroz está muy preocupada porque su hijo no es feroz, es buenísimo. Feroz la tranquiliza y le dice que lo mande a su casa, que él se va a encargar de convertirlo en un verdadero lobo feroz. Lobito visita a su tío e intenta hacer lo que él le pide, aullar fieramente, cazar conejitos, asustar a Caperucita, comerse a la abuelita..., pero siempre lo estropea: se sienta a comer una ensalada con los conejitos, se hace amigo de Caperucita y toma el té con la abuelita. El colmo será cuando prepare un pastel de zanahoria.
El Lobo Feroz es malo, malo, requetemalo. Eso todos los sabemos. Es algo que viene de generaciones atrás. Todos en su familia han dedicado sus días a ser crueles y a atemorizar a quienes se crucen por su camino. Así que podrán imaginar su sorpresa, y la de quienes leemos, cuando la hermana de Feroz le dice en llantos: “¡Resulta que tu sobrino es… buenísimo!” En casa de herrero, cuchillo de palo, reza un famoso dicho.
Feliz Feroz es un libro con el que habrá risas desde la primera página. Este Lobito, el verdadero protagonista de esta historia, quien pareciera andar contracorriente con su personalidad bondadosa, enseñará a su familia a aceptarlo tal y como es. Y es que más allá de comer animales y abuelitas, sus intereses se centran en hacer amigos, comer zanahorias y preparar maravillosos pasteles.
Muchas veces cometemos el error de querer cambiar a las personas y amoldarlas a nuestro concepto de lo que es correcto. Sin intensiones de juzgar, no siempre respetamos las diferencias ni estamos dispuestos a considerar como buenas, nuevas ideas. ¿Pero qué pasa si nos abrimos a la posibilidad de ver el mundo de otra forma? ¿Qué tal si practicamos la tolerancia? ¿Qué tal si aprendemos de las diferencias y las respetamos? Es justo esto lo que leeremos entre líneas en Feliz Feroz. Una fórmula perfecta que combina humor con ternura para acercar tanto a niños como a adultos a la esencia de los valores humanos y al respeto a la libertad del otro. ¿Qué puede aportar el humor a los niños?, preguntaron al autor de este libro. “Inteligencia. Una mente crítica. Una visión del mundo más optimista. Pero sobre todo, un rato más alegre”.
La hermana de Lobo Feroz está muy preocupada porque su hijo no es feroz, es buenísimo. Feroz la tranquiliza y le dice que lo mande a su casa, que él se va a encargar de convertirlo en un verdadero lobo feroz. Lobito visita a su tío e intenta hacer lo que él le pide, aullar fieramente, cazar conejitos, asustar a Caperucita, comerse a la abuelita…, pero siempre lo estropea: se sienta a comer una ensalada con los conejitos, se hace amigo de Caperucita y toma el té con la abuelita. El colmo será cuando prepare un pastel de zanahoria.
Premio Fundación Cuatrogatos, 2015.
White Ravens, 2015.