Diego Velázquez es uno de los pintores más importantes de la historia del arte. Nació en Sevilla en 1599 y se formó en el taller de Francisco Pacheco, un reputado pintor de la época. Velázquez es el pintor más representativo del barroco español, aunque se adelantó a su época con su manera de pintar. En este libro se recogen los momentos más importantes de la vida de este gran pintor a través de algunos de sus cuadros como El aguador de Sevilla, Vieja friendo huevos, El triunfo de Baco, La rendición de Breda, el retrato de Inocencio X o Las meninas. Y, gracias a ellos, entenderemos cómo pintaba y cómo entendía el arte.
“En las páginas que siguen voy a contaros algunos episodios de la vida de Diego Velázquez. (…) Hoy sus cuadros se encuentran en museos de todo el mundo y, especialmente, en el Museo del Prado, donde se conserva gran parte de su producción”. De esta manera comienza su introducción Eliacer Cansino a lo que será una lectura rica en cultura, historia y algunos detalles de la vida poco conocida de este gran pintor español. El mismo autor nos confiesa haber recurrido a la imaginación para recrear algunas escenas que espera se parezcan a la realidad. Sin embargo, estos rasgos de ficción se entrelazan perfectamente con la obra del artista y el contexto histórico.
Velázquez, el pintor de la vida consta de seis capítulos que narran de manera lineal y cronológica, la vida del Pintor del Rey, uno de los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal.
Diego Velázquez es uno de los pintores más importantes de la historia del arte. Nació en Sevilla en 1599 y se formó en el taller de Francisco Pacheco, un reputado pintor de la época. Velázquez es el pintor más representativo del barroco español, aunque se adelantó a su época con su manera de pintar. En este libro se recogen los momentos más importantes de la vida de este gran pintor a través de algunos de sus cuadros como El aguador de Sevilla, Vieja friendo huevos, El triunfo de Baco, La rendición de Breda, el retrato de Inocencio X o Las meninas. Y, gracias a ellos, entenderemos cómo pintaba y cómo entendía el arte.