¿Alguna vez escuchaste el tintineo de los cascabeles del trineo de Santa Claus? ¿Te montarías en un tren que te llevara directo al Polo Norte, ese mágico lugar donde se hacen todos los juguetes para Navidad? ¿Pueden hacerse realidad los sueños?
Esa noche había un niño esperando ansioso la llegada de Santa Claus, en quien no todos creían. Atento ante cualquier sonido que pudiera semejarse a los cascabeles de su trineo, llegó a buscarlo hasta la puerta de su casa el Expreso Polar repleto de niños en pijamas, a quienes llevaría directo al Polo Norte. Una vez allí, un trineo, renos y Santa los esperaban para entregar el primer regalo de Navidad antes de salir a cumplir la misión de nochebuena. Pero este niño, escogido a dedo por Santa entre todos, más que cualquier regalo que pudiera haber dentro de la bolsa, deseaba tener un cascabel plateado del trineo y así se lo hizo saber. Pero, ¿cuántos de nosotros creemos en la magia de la navidad? Sólo quienes verdaderamente creen, podrán escuchar el melodioso sonido de ese regalo.
El Expreso Polar nos regala líneas cargadas de ilusión e inocencia. Cada página deja en evidencia la importancia de creer en la magia, de creer en los sueños y de simplemente creer porque la imaginación también es realidad. Compartamos esta bellísima historia con nuestros hijos para que el sonido del cascabel, sin importar la edad, siempre repique en nuestros oídos.
En la noche de Navidad, un niño espera en su cama la llegada del trineo de San Nicolás. Pero, más tarde, es sorprendido por un tren que se ha detenido frente a su casa. El niño sube a bordo e inicia un viaje al Polo Norte. El nostálgico texto y las mágicas ilustraciones de Chris Van Allsburg recrean una Navidad en la que los sueños se pueden cumplir.
Los Mejores Libros ilustrados New York Times, 1985
Medalla Caldecott, 1986
Los Mejores del Banco del Libro, 1989
Lista de Honor Ibby, 1990