Había una vez un país en el que no existían las palabras. Su nombre era el País del Silencio. Allí nadie hablaba. Las personas se comunicaban a través de muecas y aprendieron a decir todo pintando. “Por ejemplo, cuando la presidenta quería bizcochos con mantequilla, sacaba la lengua lo más posible, le daba dos vueltas en el aire y luego se ponía bizca tres veces, hasta quedar mareada”. En el colegio enseñaban el significado de los colores en lugar del abecedario. Así, con el amarillo decían “¡Qué lindo día!”, con el azul imitaban los pájaros, y el blanco lo utilizaban como símbolo de paz. Todos cargaban consigo una caja de tizas de colores para poder expresarse y lo hacían maravillosamente bien.
Pero un día, se terminó la tinta. ¿Cómo harían ahora para comunicarse? Todo comenzó a tornarse gris, ni los calamares tenían sus tinta. Poco a poco fue creciendo la preocupación de todos mientras veían sin remedio como su bello país se iba descolorando. Hasta que en medio del silencio resonó una carcajada. ¿Quién era? Nada más y nada menos que la presidenta quien en medio de tanta tristeza no pudo contener su risa al verse en el espejo. Entre risa y risa todos se fueron contagiando hasta que se convirtió en un acontecimiento nacional. Desde entonces, el País del Silencio se convirtió en el País de la Risa Contagiosa. Allí mandan a curarse a todas las personas amargadas, a los que tienen muchas preocupaciones y a quienes no soportan las risas de los niños.
Este libro es maravilloso de mil maneras. En sus páginas se nos presentan muchas formas en las que podemos comunicarnos –sin contar las que podemos inventar–, la magia de los colores y lo impactante de su ausencia, el significado de las emociones, y lo más importante, el impacto positivo de reír. La risa contagiosa es una invitación a reír, incluso cuando el mundo se pone gris.
En un país en el que no existía la palabra hablada, la gente aprendió a decirlo todo ¡pintando!
Seleccionado por el Ministerio de Educación de Guatemala para su programa “Leamos Juntos”
Seleccionado por el Plan Nacional de Lectura, Argentina en su listado "300 Libros Iberoamericanos recomendados para leer en la escuela", 2011.