En un mundo lleno de constantes estímulos, quizás lo más difícil para todos (no sólo para los niños) es disfrutar el observar nuestro alrededor, detallar cada cosa, estar al tanto de lo que sentimos en momentos específicos. Y es esto precisamente lo que nos regalan Osa y Lobo: una historia sobre estar presentes, sobre pasar tiempo en compañía de alguien, sobre observar.
Osa y Lobo se encuentran en pleno invierno en lo más profundo del bosque. Ambos salieron a caminar para disfrutar de la nieve y del frío, y decidieron seguir juntos. Durante su paseo olieron la corteza de los árboles, disfrutaron de la nieve cayendo sobre sus pieles, la detallaron y hasta descubrieron un lago congelado y miraron qué había debajo. Finalmente se despidieron pues Osa debía volver a su cueva a hibernar y Lobo regresar con su manada para seguir el rastro del caribú. Cuando pasó el tiempo y el invierno dio paso a la primavera, Osa y Lobo se volvieron a encontrar para disfrutar juntos del despertar del bosque.
Es una historia serena que disfrutarán leer en familia.
Una noche de invierno, Osa y Lobo se encuentran en lo profundo del bosque. No se habían visto nunca pero enseguida se hacen amigos. Caminan juntos, observando las vistas, los sonidos y los olores de la naturaleza bajo la nieve. A la hora de despedirse, Osa se irá a hibernar con su familia y Lobo a correr con la manada. ¿Se volverán a encontrar? Una historia de amistad que celebra el ritmo sutil de la vida cuando tenemos la mirada abierta al mundo.
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