Ivar Da Coll es un creador de historias excepcional, referente de la literatura infantil en Colombia y un cómplice incondicional de la infancia. Leerlo es experimentar entre letras inocencia, amistad, sencillez, ilusión, emoción.
Historias de Eusebio es un recopilación de una serie de libros del autor en donde encontramos situaciones de gran significado para los niños: un cumpleaños, dibujar y el miedo a la oscuridad. En ellos, Eusebio (un gato atigrado) comparte con sus amigos Horacio (un chivo), Camila (una gata), Úrsula (una gallina), Ananías (un pato) y Eulalia (una vaca).
El primer cuento con el que nos toparemos se titula “Torta de cumpleaños”. Horacio recuerda que su amiga Úrsula cumplió años hace poco y le prepara una canasta de frutas de regalo. Ella la recibe muy contenta pero entonces recuerda que Úrsula también cumplió años hace poco. Agrega a la canasta algunos huevos y se va corriendo a casa de su amiga. Así van uno a uno, acordándose del cumpleaños del otro y sumando nuevos ingredientes a la canasta que, finalmente, llega a manos de Eusebio, quien también había cumplido años recientemente y no recuerda ningún otro cumpleaños. ¿Y qué hace Eusebio con todo esto? Una torta de cumpleaños para compartir.
En el segundo cuento, “Garabato”, Eusebio decide pintar. Inspirado por la belleza de la mañana, agarra sus lápices, borrador y sacapuntas y se va a la entrada del bosque. Allí se topa con Úrsula quien lo motiva a retratarla. Eusebio se dedica a dibujarla con mucha atención pero Úrsula de repente se va corriendo a atender un compromiso pendiente. Así sucede con cada uno de sus amigos. Todos le piden que los retrate, pero ninguno se queda hasta al final y, en consecuencia, el resultado del dibujo de Eusebio es un garabato; una divertida obra maestra con la cresta de Úrsula, la pata de Ananías, los cuernos de Eulalia y la cola de Camila.
“Tengo miedo” es la última historia de esta compilación. En ella Eusebio no puede dormir pues siente temor de los monstruos. Decide despertar a Ananías y contarle por qué no puede dormir. “Tengo miedo”, le dice. Y le explica que teme a los monstruos con cuernos, los transparentes, los que tienen colmillos, los que vuelan, en fin… a todos. Ananías le devuelve la calma explicándole que, al igual que él, los monstruos deben hacer cosas que no les gustan: tomarse la sopa, cepillarse los dientes, bañarse bien con agua y jabón y, entre otras cosas, también sienten miedo cuando están solos. Eusebio finalmente se calma y regresa a su cuarto a dormir.