La Gran Canoa es una leyenda del pueblo kariña, un grupo indígena que habita en los estados venezolanos Anzoátegui, Bolívar, Monagas y Sucre, y en algunos territorios de América del Sur.
Al leer esta historia es imposible no relacionarla directamente con el episodio de la Biblia, el Arca de Noé. Y es que tienen muchas cosas en común gracias a elementos de la religión católica que fueron incorporados posteriormente en algunas de las versiones recopiladas. Es un libro muy rico en contenido y detalles sobre esta etnia, que ilustra no sólo con palabras sino con imágenes sus rasgos culturales, costumbres, tradiciones y creencias.
Kaputano, el dueño del cielo, bajó a la tierra para advertir a los kariña que pronto habría un gran diluvio que cubriría el planeta completamente de agua. Pero apartando cuatro parejas que sintieron miedo, nadie le creyó. Es así como estas cuatro parejas y Kaputano comenzaron a construir una canoa de gran tamaño. Allí subieron parejas de cada tipo de animal y semillas. Durante varios días y noches llovió sin parar y el agua arrasó con todo.
Cuando finalmente la tierra volvió a estar seca, Kaputano sopló, cantó y tocó su maraca para llenar la tierra de morichales, ríos, montañas y árboles. Desde entonces, con el final de las lluvias, los kariña celebran que "su mundo es el mejor lugar para vivir".
Hace mucho tiempo, Kaputano, el morador de los cielos, advirtió que se acercaba una gran tempestad. Le pidió a los kariñas que le ayudaran a construir una canoa para reunir semillas y animales, pero solo cuatro parejas le prestaron atención. Pronto las lluvias cubrieron incluso los árboles más altos… Esta historia tradicional de la etnia indígena Kariña en Venezuela fue ilustrada por Gloria Calderón, quien representa con maestría sus paisajes, animales y costumbres.
Los Mejores del Banco del Libro ,1999
Fundalibro’s Best Children Book Illustration of the Year, 1999
IBBY Honour List, 2000
Bulletin Blue Ribbon Winner, 2001
Bologna Ragazzi , New Horizons, 2009
Gloria Calderón-Sáenz. Seleccionada para la Exhibición de White Ravens en 1988