Ningún libro que tenga como protagonista al señor Pug, dejará de ser divertido. Y es que es imposible no enamorarse de este perrito de carácter atravesado, siempre recién levantado, inconforme y consentido. ¿Será que muchos tenemos a un señor Pug en casa?
Una mañana el señor Pug se despertó de buen humor, lo que inmediatamente lo puso de malas pues asumió que el día terminaría mal (¡cosas del señor Pug!). La princesa – una bella cochinita que cumple deseos por su condición de hada (Leer libro anterior) - ya había preparado el desayuno y utilizado uno de sus tres deseos diarios para pedir agujas automáticas y una bola de estambre mágico interminable. Con esto se hizo un bello vestido para el concurso de belleza para princesas y salió. Después de un rato, el señor Pug, necesitado de atención, comenzó a buscar la manera de divertirse: ¡si tan solo la princesa hubiera aparecido algo interesante!, pero lo que dejó fue un estambre mágico que parecía aburrido. Sin embargo, Pug comienza a tejer y a tejer. Se hizo calcetines, una bufanda, cubrió la silla, los muebles y hasta la casa pero… no contaba con que comenzaría a llover, los colores se perderían y el estambre perdería su forma. Y para empeorarlo todo, su princesa ya había usado todos los deseos. Pero mañana será otro día con nuevos deseos y todos serán para el señor Pug.
Y es así, los momentos buenos vienen de a ratos. Lo importante es saber disfrutarlos y aprender que a veces la diversión está donde menos la esperamos. Meschenmoser, escritor e ilustrador alemán y creador de esta maravilla de personaje y de sus historias, como siempre no recuerda la grandeza de las pequeñas cosas.
El señor Pug supo que sería un día malo desde que despertó, y lo confirmó cuando su hada lo dejó solo en casa para ir a un concurso de belleza. Pronto se aburre y se pone a tejer con el estambre mágico y las agujas que apareció el hada antes de irse. Se hace un par de calcetines, un gorrito, una bufanda; le pone una cubierta a la silla, a su taza, a los muebles del jardín... Hay tanto estambre de colores que incluso le alcanza para cubrir su casa... Lo que no se imagina es que pronto lloverá...