Orejas de mariposa es un libro imprescindible; simplemente no debe faltar en la biblioteca de nuestros hijos. ¿Por qué? Porque vivimos en un mundo lleno de estereotipos que nos hacen cuestionar nuestra apariencia constantemente y, más allá de eso, nos hacen dudar de lo que somos. Cualquier característica distinta a lo impuesto socialmente pareciera dar luz verde a otros para burlarse… y mucho más entre niños y jóvenes. Y de esto precisamente nos habla la escritora asturiana, Luisa Aguilar.
Con un texto sencillo, bellísimo y creativo, armoniosamente acompañado de las ilustraciones del artista brasileño, André Neves, Aguilar hace magia y convierte un tema difícil e incómodo en toda una lección de vida. Una herramienta perfecta para ayudarnos a criar niños seguros y confiados, reforzando su personalidad, mientras los hacemos estar conscientes de cómo las malas actitudes hacia otros son completamente reprochables y pueden hacer daño.
Mara es una niña de apariencia dulce cuya inocencia resalta y enamora. A lo largo de su historia podemos intuir que viene de una familia sin muchos recursos materiales pero rodeada de muchísimo amor. “¡Mara es una orejotas!”, le dicen sus compañeros, pero su mamá le asegura que son Orejas de mariposa, “pues son orejas que revolotean sobre la cabeza y pintan de colores las cosas feas”. Las burlas de los demás niños no paran y ahora ríen de su pelo rebelde, su cuerpo delgado, su media rota, el rugido de su estómago y hasta los libros viejos que usa. Pero Mara, gracias al ejemplo y cariño de su mamá aprende de manera creativa a responder con humor a todo, sin alterarse y sin perder su alegría. Al final de este bello libro nos encontraremos con una Mara a quien ya no le importan sus orejas grandes y es feliz.
Tener las orejas grandes, el pelo rebelde, ser alto o bajo, flaco o gordo... Cualquier cosa puede ser causa de burla entre los niños. Eso es lo que le sucedió a Mara, que tendrá que aprender a hacerse fuerte para ser ella misma.
Finalista del IV Premio Nacional Cittá di bella (Italia), 2008.
Ilustraciones de André Neves.
Premiado por la Fundación Nacional de Libros Infantiles y Juveniles, y la Asociación de Escritores Brasileños.