La relación entre abuelos y nietos es de las cosas más bellas que me ha tocado presenciar. La complicidad, la incondicionalidad, el orgullo desbordado, la complacencia, la paciencia… es una relación casi perfecta, guiada por la serenidad de estar no para criar -como nos toca a los padres- sino para disfrutar. Y este libro de Toño Malpica que, advertimos exige tener a la mano pañuelos varios, retrata a la perfección esta relación de la que hablo.
El bondadoso rey nos cuenta la historia, a dos voces, de León niño y León abuelo. Cada uno, desde su perspectiva, va narrando sus días y experiencias juntos. Son mejores amigos, lo comparten todo y disfrutan juntos ver las estrellas. Pero León abuelo está enfermo y tiene casi medio año haciendo visitas, a veces de improvisto, al hospital. Para no preocuparlo, le ha dicho a su nieto que se ganó un concurso para volar al espacio y se ausenta porque tienen que hacerle pruebas en la NASA. Además, le promete: “cuando esté en el espacio te voy a lanzar un puñado de estrellas… y pobre de ti si no atrapas una”. Cada uno, a su manera, cuida los sentimientos del otro y hace todo para que el otro esté feliz. Una historia sencilla y conmovedora que nos enseña lo más bello del amor entre abuelos y nietos, mientras nos prepara con majestuoso cuidado para las despedidas.
Esta no sólo es la historia de un niño y su abuelo que lo comparten todo: la recámara, las golosinas, el gusto por el béisbol, los paseos por el parque y el nombre: León. Este libro expone, de manera simultánea, los puntos de vista de los dos protagonistas -León abuelo y León niño- sobre las situaciones que viven juntos y lo que, aparentemente, le ocultan al otro para no lastimarlo. Así, con una sencilla historia, pero a la vez profunda y conmovedora, Toño Malpica nos lleva a experimentar diferentes emociones, a cuestionarnos acerca de la manera en que asimilamos nuestras propias vivencias y a ampliar nuestra mirada para comprender mejor al otro y a nosotros mismos.