La historia de Óscar y el león de Correos está llena de picardía, inocencia, imaginación y miedos superados… es de esas lecturas que te dejan el corazón endulzado.
Entre sus líneas se tejen el temor a lo desconocido y lo maravilloso que surge de enfrentarse a ello. A veces, superar nuestros miedos puede ser más fácil de lo que parece.
Òscar tiene seis años. A él no le asustan las personas mayores, ni tener problemas con otros niños. Óscar les tiene miedo a la criatura de la noche y el león de Correos
A la primera, nunca la ha visto. Seguro está escondida esperando a que se haga de noche; por eso a Óscar le asusta tanto la oscuridad. Antes de dormir registra todas las habitaciones con su papá pero nunca queda tranquilo.
Por su parte, el león de Correos nunca se esconde. Y aunque en realidad es un buzón, a Óscar lo intimida su mirada feroz, su gran boca abierta y dientes afilados.
Un día su mamá le encarga ir a echar una carta al correo. Así que va -se siente importante cuando le mandan a hacer algo- pero podría jurar que el león de Correos lo mordió. Ahora queda el miedo de que se lo vuelvan a pedir.
¿Cómo se enfrentará Óscar a estos miedos? Su hermana se burla de él por su miedo a dormir solo y con respecto al león de Correos, Óscar esconde las cartas que le dan para no tener que acercarse otra vez al león de dientes filosos. Pero ya escuchó a sus padres quejarse del servicio de correos, pues sus cartas no están llegando.
Pero a Óscar se le ocurre una gran idea ¿Cuál será?
A Óscar le dan miedo la criatura de la noche y el león de Correos. Por eso le resulta tan difícil irse solo a la cama a la hora de dormir y echar las cartas que escriben sus padres. Un buen día decide que lo mejor es introducirle al león en la boca unos cuantos caramelos antes de las cartas. Llega un momento en que el «truco» no funciona, pero él descubre un gran secreto que le ayudará a superar su miedo.