En plena navidad, los dragones del tío Manuel llegaron a casa de Edu sin previo aviso y el tío Manuel nada que aparece. Pasan los días, y los dragones (Ziggy y su bebé Arturo) se han comido todo lo que había en la nevera y en la despensa. Edu sigue escribiendo correos a su tío con la esperanza de que responda, pues ellos saldrán de viaje el 29 de diciembre a conocer la casa nueva de su papá en Gales(un castillo, según dice), y su mamá se irá a un retiro de yoga.
Ante la ausencia de respuesta del tío Manuel, el papá de Edu acepta que los dragones vayan a su castillo lo que, sin duda, hará de estos días festivos una experiencia inigualable… ¿Qué harán ahora estos dragones? Lo que sí sabemos es que, como siempre, reiremos sin parar.
El castillo de Dragonero es una historia divertidísima, completamente imprevisible, llena de humor y complicaciones de principio a fin, que seguiremos gracias a los correos electrónicos que Edu envía a su tío – en ocasiones hasta pidiendo auxilio - y a las brevísimas respuestas del tío Manuel.
Este título forma parte de una maravillosa colección que da continuidad a la difícil tarea de hacerse cargo de un dragón, y a lo divertido de leer tantos improvistos.
Tercera entrega de la serie Dragonero.
Esta vez, Edu, el improvisado cuidador de dragones, deberá emprender un viaje a Gales con más equipaje del que su padre, y, sobre todo, la novia de su padre, hubiese querido. El tío Manuel, nuevamente, le pide a su sobrino que le ayude con sus curiosas y, a veces, muy salvajes mascotas que trastocan la vida de Edu y su familia.
Narrado a través de los correos electrónicos que intercambian los protagonistas, El castillo de dragonero, sigue generando carcajadas en los lectores.