El Sol, la Luna y el Agua

El Sol, la Luna y el Agua es un libro basado en un cuento popular nigeriano que, me atrevo a decir, es mágico y no hace falta sino mirarlo por encima para darse cuenta. La adaptación hecha por Laura Herrera del texto original genera un enamoramiento inmediato con la historia, que nos explica por qué el sol y la luna están en el cielo, el agua en la Tierra y, de una manera menos protagónica pero evidente, la razón de ser de los bellos atardeceres que presenciamos junto al mar.

Hace muchos años, el Sol y la Luna vivían en la Tierra y siempre iban a jugar a casa del Agua. Pero un día el Sol le pregunta al Agua por qué nunca va a visitarlos a ellos a casa e insiste en que lo haga. Ella asegura que a donde vaya lleva a todos sus parientes… y son muchos. Para el Sol eso no es problema y comienza a agrandar su casa uno, dos, tres y cuatro pisos. Pero cuando llega  el Agua y la dejan pasar, cada piso se va llenando de algas, peces, tortugas y ballenas, hasta el punto que el Sol y la Luna se ven forzados a saltar hacia el cielo. Desde entonces ellos están allí arriba y el Agua en la Tierra. Siguen siendo amigos y a veces en la tarde el Sol baja a jugar con ella.

Al final del libro se lee: “…dicen los cuenta cuentos de Nigeria que una historia siempre queda mejor si se le suman cantos, ritmos y bailes”. Por ello, el texto de esta bella historia incluye algunos versos a los que se le puede poner música y así embellecer aún más la experiencia de la lectura.