Despedirse deja siempre una sensación de vacío que pesa mucho por dentro. Sentir tristeza, pensar que jamás te acostumbrarás a las ausencias, el miedo a olvidar, son todas sensaciones que cuesta explicar a los niños porque, a veces, ni uno mismo sabe cómo lidiar con ellas.
La realidad de hoy es que somos ciudadanos del mundo, que vamos y venimos de un lugar a otro, nos mudamos y estamos todos regados, pero vamos dejando pedacitos de nosotros en cada amigo que hacemos o familia que dejamos.
La vida sin Santi es un hermoso libro que nos habla precisamente de eso: de las despedidas. Santi y Maia son los mejores amigos del mundo y un día Santi debe irse lejos por el trabajo de su padre, y eso para ellos es muy difícil de aceptar. Después de la despedida a Maia siempre le acompaña un vacío -representado por una sombra que aparece junto a ella en cada ilustración-, un espacio físico que guarda sólo para Santi y que tiene miedo a llenar. Sin embargo, poco a poco lo hace; aparecen nuevas amistades, nuevas experiencias y nuevas actividades.
Pero Santi regresa y Maia descubre que el verdadero significado de la amistad está más allá del espacio físico.
Santi y Maia tienen que separarse, pues uno de ellos se va a vivir lejos y no se verán en algún tiempo. Los días serán tristes y complicados al principio. Con el tiempo, la distancia se sentirá cada vez menos y el vacío que quedó se llenará. ¿Quedará algún espacio libre para cuando Santi regrese?
Mención honnorífica en el XVII concurso de Álbum Ilustrado A la Orilla del Viento 2013