A la luz de la luna todo parece tenebroso. A trasluz se ven sombras y figuras que hacen a los perros aullar. “Son las brujitas que de todas partes vienen al bosque a bailar”. Con su peculiar hablar, llegan montadas en sus escobas y forman tremendo alboroto. En las noches en que la luna está más clara y brillante, se pueden ver mejor los detalles de sus rostros. Sus mejillas pintadas, sus greñas largas y narices afiladas, sombreros puntiagudos, blusones, faldones y botines entrenzados.
Una noche, las brujas celebraron que convirtieron a una niña en ranita. ¿Por qué? Sólo por el gusto de verla brincar, nadar y oírla croar. Pero en medio de la celebración, entre risas y bailes, la ranita brincó y se escapó. Pero fue rescatada por una bruja buena que la besó, convirtiéndola nuevamente en niña. Desde ese día, las brujitas prometieron no llevarse a nadie nunca jamás, pues sintieron pena y arrepentimiento por todo lo que hicieron.
¿Qué mejor manera que hacer las paces con esa figura terrorífica de brujas malas, come niños, hechiceras y mal intencionadas que tanto terror causa? Y es que después de leer Brujitas nos quedará claro a todos en casa que ya ellas se dejaron hace rato de hacer esas bromas pesadas.
Lista de honor, IBBY, 2002.
Mejor Libro Ilustrado, Cuatrogatos Magazine, 2001.
Los mejores del Banco del Libro, mención Ilustración, 2000.