Todo pintaba para que Alejandro tuviera un cumpleaños común y corriente, pero esta vez recibió un regalo que nunca imaginó: duerme en un armario, juega fútbol como nadie y cuenta historias misteriosas sobre marineros. Gracias a este regalo Alejandro comenzará a ver las cosas de manera distinta.
Somos muchos los que nos rendimos ante la imagen de los abuelos con nuestros hijos. Esa relación incondicional y algo irresponsable (porque los abuelos sólo consienten, no educan, según palabras de mi mamá), es quizás de las más bellas que se pueda presenciar. Así que El abuelo ya no duerme en el armario no puede sino aupar la ternura que generan estos encuentros entre abuelos y nietos.
La última vez que Alejandro vio a su abuelo materno fue a los 4 años. Este año cumple 8 y su regalo será algo inesperado, fuera de lo normal: la visita de su abuelo. Él fue marinero y viajó por todo el mundo. Casi no lo recordaba, pero se sorprendió al encontrarse con un abuelo aún fuerte y diferente a lo que imaginaba. Sin duda, este cumpleaños será insuperable.
Como la casa no era muy grande, el abuelo tuvo que compartir cuarto con su nieto a quien entregó una brújula para que decidiera el rumbo de donde tendría que dormir. Alejandro decidió que sería al norte, justo donde estaba el armario. Y así fue como una parte de él durmió allí.
Fueron muchas las historias de marineros que el abuelo contó a Alejandro, los partidos de fútbol que jugaron y muchas más las aventuras que vivieron, entre ellas no delatar al abuelo por comer chocolates a escondidas. Tan especial era que todos sus amigos quisieron conocerlo. Pero toda visita llega a su fin y, aunque Alejandro no quería que su abuelo se fuera, llegó el día de la despedida.
Advertimos que todo niño que lea esta historia, querrá tener el mismo regalo de cumpleaños y vivir las mismas aventuras. Y nosotros, quienes ya no tenemos a nuestros abuelos, sonreiremos recordando que también tuvimos a los mejores.
Todo pintaba para que Alejandro tuviera un cumpleaños común y corriente, pero esta vez recibió un regalo que nunca imaginó: duerme en un armario, juega fútbol como nadie y cuenta historias misteriosas sobre marineros. Gracias a este regalo Alejandro comenzará a ver las cosas de manera distinta.