“No soy de aquí. Llegamos una tarde, cuando era pequeña”. Esa sensación de no pertenecer, de sentirse solo, de sentirse distinto al otro, de enfrentarse a nuevas reglas, nuevas personas, nuevas palabras… eso es parte de emigrar. Sin duda, un verbo que en la historia reciente del mundo, se ha conjugado mucho.
Poner en palabras lo que significa llegar a un lugar nuevo, ser el nuevo y encontrarse con todo nuevo, es quizás difícil. Pero Jairo Buitrago, logra describir en pocas palabras un mundo entero de sentimientos. Las ilustraciones que acompañan el texto están llenas de detalles que invitan a formar parte de la historia y que suman emotividad a lo que nos cuentan.
La niña de este cuento se siente un bicho raro en la ciudad nueva a la que llega junto a su padre, en busca de nuevas oportunidades. ¿O son las personas de ese lugar los bichos raros? Allí los días son largos, los recreos del colegio también y muchas veces se pierden entre las calles tratando de llegar algún lugar. Pero, poco a poco, aprenden el camino a la escuela, el tiempo en el colegio comienza a pasar más rápido, hacen algunas amistades y, aunque no son de ese lugar y siempre recuerdan lo que dejaron, aprenden a vivir allí.
Eloísa nos cuenta su llegada a la ciudad, el mundo sorprendente que encontró y las dificultades para acomodarse entre tanto “bicho raro”. Renovadora mirada de Jairo y Rafael al tema de la diversidad y de los inmigrantes.
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